Cumpla con los requisitos cada vez más estrictos en materia de CO₂ y garantice su competitividad a largo plazo.
El Pacto Verde Europeo ha estipulado que Europa debe ser climáticamente neutra para 2050, mientras que en Alemania el objetivo es alcanzar esta meta para 2045. Como resultado, los fabricantes están experimentando una creciente demanda por parte de inversores y arquitectos de edificios con bajas emisiones y preparados para el futuro. La huella de carbono se está convirtiendo cada vez más en un factor decisivo en la adjudicación de contratos, ya que el CO₂ se convierte en una nueva moneda y una huella de carbono óptima se convierte en la clave para cumplir plenamente los requisitos de las especificaciones. Los fabricantes pueden controlar la huella de carbono del edificio proyectado durante la construcción y cumplir la normativa en una fase temprana, con el fin de garantizar la sostenibilidad del edificio y darle una ventaja competitiva en las licitaciones.