Una solución holística con una combinación de varias unidades funcionales o materiales diferentes para un edificio puede contribuir significativamente a reducir las emisiones de CO₂ y mejorar la eficiencia energética. Por ejemplo, una estructura permanente de aluminio resistente a la intemperie puede combinarse con una estructura portante de madera como materia prima regeneradora, o una fachada modular puede combinarse con la plantación de la fachada para descarbonizar la envolvente del edificio. Una solución con plantación en fachada reduce la energía consumida en el interior gracias a su efecto de refrigeración natural, mientras que la vegetación del exterior también fija más CO₂.
Al seleccionar los materiales, siempre hay que tener en cuenta la función prevista y utilizar el material que sea más beneficioso y que incorpore la menor cantidad posible de CO₂ a la construcción. Naturalmente, todos los materiales instalados deben cumplir también los requisitos específicos del edificio.